
3.000 personas de todas las edades, donde se incluyen familias completas, pertenecientes a la localidad, se esmeran con la satisfacción de colaborar, compartir y ayudar a sus semejantes en las vendimias. De esta manera, la mayor parte de la población de El Sauzal durante estos días focaliza su atención en el proceso de recogida la uva y elaboración del vino.

Es precisamente La Villa de El Sauzal un privilegiado y fértil municipio donde se cosechan los mejores caldos pertenecientes a la Denominación de Origen Tacoronte Acentejo. Desde algunas zonas de costa, pasando por la franja de medianías, eminentemente agrícola, hasta una altitud de 600 metros sobre el nivel del mar, el paisaje es inconfundible entre el frondoso verde que asoma por las parras colocadas en sistema tradicional o espalderas.

Cientos de miles de kilos de uva se aproximan a los lagares y bodegas, que después de convertirse en mosto, pasan a almacenarse en los preceptivos envases y cascos para experimentar el obligado proceso de fermentación. Son tareas que los viticultores desarrollan con delicadeza y esmero, pensando en el resultado final traducido en la calidad y gran prestigio que ostentan los vinos tintos y blancos de la zona. Atrás han dejado un continuado y perseverante periodo de atención de las tierras y vides en forma de descargas, podas, arados, plantaciones, riegos y tratamientos fitosanitarios para finalizar con la vendimia.

No pasan desapercibidos los singulares desayunos y almuerzos de pescado salado y mojo colorado con papas arrugadas realizados en los propios terrenos al aire libre o en espacios colindantes dando un aire vistoso, cálido y familiar.
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